miércoles, 13 de junio de 2012

EL JOROBADO DE NOTRE DAME







La catedral de Notre Dame, una de las construcciones más hermosa de la ciudad de París, guarda un profundo misterio: una historia en la que lo feo y lo bello, lo malo y lo bueno se convierten en leyenda.
Un ser de cuerpo monstruoso y alma limpia se oculta en esta catedral. Su desgracia fue nacer deforme, y la maldad del corazón humano lo condenó a vivir aislado de mundo. Su nombre es Quasimodo, y lleva toda su vida encerrado en la torre del campanario.
El juez Frollo, tutor y amo de Quasimodo, es cruel y despiadado con él, pero el desgraciado joven aún piensa que debe estarle agradecido porque le perdonó la vida al nacer.

FROLLO
Pero un día Quasimodo decide salir al mundo exterior, cuando se celebra el Festival de los Bufones, la fiesta más popular de la ciudad. Allí conoce a Esmeralda, una hermosa gitana, y a Febo, el capitán de los soldados.

ESMERALDA
 Frollo contempla todo aquello consumido por el rencor y la rabia.Quasimodo se siente feliz, ajeno a los malvados pensamientos de Frollo. Ha descubierto que, a pesar de su apariencia, todo el mundo le acepta. Febo y Esmeralda se han convertido en sus mejores amigos, pues ven en él a un ser de alma noble capaz de dar mucho amor.
Al final del día, Quasimodo ve asombrado cómo la ciudad le nombra Rey de los Bufones por ser el feo más simpático y amable de toda la fiesta. ¡Qué feliz es nuestro amigo!

QUASIMODO
Pero Frollo no puede permitir que Quasimodo burle sus normas y decide romper su relación con Esmeralda y Febo. Rodeado de sus soldados, el malvado juez apresa y encarcela a los amigos.
De vuelta a si <<prisión>> en el campanario, Frollo llena de reproches a Quasimodo. Lo que no le perdona realmente es su amistad con una gitana, pues Frollo odia y persigue a todos los gitanos de París.
Encadenado en el campanario de la catedral, Quasimodo no entiende el porqué de tanta maldad. El cuerpo de Frollo no es deforme, pero su corazón y su alma, retorcidos por la envidia y la maldad, representan la auténtica fealdad del ser humano.
Quasimodo siente rabia ante tanta injusticia y decide ponerle fin. Fortalecido por un sentimiento de rebeldía, piensa en sus amigos y consigue romper las cadenas que lo aprisionan.
Quasimodo sabe que Frollo jamás le perdonará, pero su sentido de la justicia y de la amistad es más fuerte que su miedo. Consigue liberar a Febo y rescatar a la pobre Esmeralda, a la que el juez había condenado ya por su condición de gitana.
Quasimodo vuelve a ser el héroe del día: un héroe feo, pero dueño del alma más hermosa de la ciudad. Ya nadie le considera un ser deforme, sino un gran hombre.












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