jueves, 14 de junio de 2012

LA DAMA Y EL VAGABUNDO




Es Navidad. Jaime Querido ha regalado a su joven esposa Linda la perrita más preciosa de Inglaterra. Se llama Reina y rápidamente se convierte en la reina indiscutible de la casa. La peinan, la llenan de perifollos, la perfuman. En resumen, es una jovencita encantadora y ¡muy feliz!


Un día que descansa en la terraza de la casa, un chucho desvergonzado hace su aparición.
-¡Hola, Princesa! Me llamo Golfo.¿Y tú?
-Princesa desde luego que no. ¿Por quién me toma usted?
-Por una chiquilla que debería renunciar a esos aires de grandeza para venir conmigo...¡a tomar aire puro! Vamos, Princesa, deja esa casa antes de que se convierta en una prisión.
<<¡Mi casa una prisión-piensa Reina-, ese vagabundo desvaría! Aquí, la vida es cada vez más maravillosa. Además, mi ama acaba de tener un bebé. Todavía es un poco chillón y delicado, pero, dentro de poco, jugará conmigo...¡Guau, guau!>>.
¡Ay!, poco después del bebé, llega una niñera para cuidarle... y dos horripilantes gatos a los que ella llama <<queridos>>, <<tesoros>>, <<sultanes>>, <<chiquitines>>...



Mientras tanto, Reina no solamente recibe zarpazos a cada momento, sino que además, cuando los <<queridos>> hacen un estropicio, ¡la acusan injustamente a ella!
-¡El pez rojo en el suelo! ¡Esto, Reina, ya es demasiado!-vocifera la arpía... mientras los culpables ponen cara de inocentes-. ¡Te voy a poner un bozal!
Dicho y hecho... Encima, hoy, Jaime y Linda están de viaje: ¡nadie puede liberar a la pobre Reina! <<Corramos a buscar a ese vagabundo-decide la desdichada-. Está muy mal educado..., ¡pero seguro que es muy listo!>>.
-¡Hola, Princesa! ¡Ya estás prisionera! ¿Ves cómo yo tenía razón?... Bueno, dejémoslo. Te presento a Castor, mi amigo: roedor de profesión. Con los dientes que tiene, te sacará de ahí. ¡Guau, guau!
El castor ha roído el horrible bozal. Para festejarlo, Golfo invita a Reina al restaurante. <<Mal educado...pero encantador>>, se dice Reina mientras come los espaguetis.




-¡Esto es vida, Princesa! ¿Verdad que sí? Y no lo has visto todo.
Aparte de la buena comida, Golfo tiene otra pasión: asustar a las gallinas hasta que sus plumas vuelen por los aires.
-¿Te das cuenta, mi Reina? ¿Qué dices a esto? Reina pone cara de estar ofendida, pero se dice que en el fondo, aunque es un granujilla, Golfo es muy simpático.
Y, además, acaba de llamarla <<mi Reina>>: eso le ha alegrado el corazón y le ha producido un pequeño escalofrío.
Cuando Reina sentía calor y frío al mismo tiempo, y cuando estaba a punto de confesar su amor por Golfo...,¡ UNA CATASTROFE! El propietario del gallinero ha aparecido y la ha cogido por el collar. Y mientras Golfo huye, la ha llevado a su casa. Por mucha compañía que vaya a hacerle Golfo, esta vez está realmente prisionera.
¡Ay! ¡Si por lo menos Jaime Querido y Linda volvieran...!
¡ Jaime y Linda han vuelto! Reina ha recuperado su lugar en la casa ¡ y Golfo ha sido adoptado!
- El marido de Reina no es muy distinguido-suspira Linda-. Pero si se aman, nos darán guapos cachorros. No mintio, ¿verdad?








miércoles, 13 de junio de 2012

EL JOROBADO DE NOTRE DAME







La catedral de Notre Dame, una de las construcciones más hermosa de la ciudad de París, guarda un profundo misterio: una historia en la que lo feo y lo bello, lo malo y lo bueno se convierten en leyenda.
Un ser de cuerpo monstruoso y alma limpia se oculta en esta catedral. Su desgracia fue nacer deforme, y la maldad del corazón humano lo condenó a vivir aislado de mundo. Su nombre es Quasimodo, y lleva toda su vida encerrado en la torre del campanario.
El juez Frollo, tutor y amo de Quasimodo, es cruel y despiadado con él, pero el desgraciado joven aún piensa que debe estarle agradecido porque le perdonó la vida al nacer.

FROLLO
Pero un día Quasimodo decide salir al mundo exterior, cuando se celebra el Festival de los Bufones, la fiesta más popular de la ciudad. Allí conoce a Esmeralda, una hermosa gitana, y a Febo, el capitán de los soldados.

ESMERALDA
 Frollo contempla todo aquello consumido por el rencor y la rabia.Quasimodo se siente feliz, ajeno a los malvados pensamientos de Frollo. Ha descubierto que, a pesar de su apariencia, todo el mundo le acepta. Febo y Esmeralda se han convertido en sus mejores amigos, pues ven en él a un ser de alma noble capaz de dar mucho amor.
Al final del día, Quasimodo ve asombrado cómo la ciudad le nombra Rey de los Bufones por ser el feo más simpático y amable de toda la fiesta. ¡Qué feliz es nuestro amigo!

QUASIMODO
Pero Frollo no puede permitir que Quasimodo burle sus normas y decide romper su relación con Esmeralda y Febo. Rodeado de sus soldados, el malvado juez apresa y encarcela a los amigos.
De vuelta a si <<prisión>> en el campanario, Frollo llena de reproches a Quasimodo. Lo que no le perdona realmente es su amistad con una gitana, pues Frollo odia y persigue a todos los gitanos de París.
Encadenado en el campanario de la catedral, Quasimodo no entiende el porqué de tanta maldad. El cuerpo de Frollo no es deforme, pero su corazón y su alma, retorcidos por la envidia y la maldad, representan la auténtica fealdad del ser humano.
Quasimodo siente rabia ante tanta injusticia y decide ponerle fin. Fortalecido por un sentimiento de rebeldía, piensa en sus amigos y consigue romper las cadenas que lo aprisionan.
Quasimodo sabe que Frollo jamás le perdonará, pero su sentido de la justicia y de la amistad es más fuerte que su miedo. Consigue liberar a Febo y rescatar a la pobre Esmeralda, a la que el juez había condenado ya por su condición de gitana.
Quasimodo vuelve a ser el héroe del día: un héroe feo, pero dueño del alma más hermosa de la ciudad. Ya nadie le considera un ser deforme, sino un gran hombre.












lunes, 11 de junio de 2012

EL PRÍNCIPE Y EL MENDIGO



WALT DISNEY




En aquella época, Londres era todavía un pueblo grande. Un buen rey gobernaba Inglaterra, pero cayó enfermo, y Pedro, el malvado capitán de la guardia, cogió las riendas del poder...
Como todos los días, Mickey y Goofy intentan vender leña y helados de nieve para ganar algun dinerillo, pero nadie se los compra.
De repente, la carroza real pasa por delante de ellos, ¡salpicándoles de arriba abajo! Pluto corre tras ella hasta el palacio, y Mickey le persigue.
El centinela deja pasar a Mickey haciéndole una reverencia... y el capitán le grita:
-¿El príncipe?¡Qué estupidez!¡El príncipe está arriba, estudiando!
En la sala de estudio real, el príncipe se aburre en la clase de Horace, cuando oye un ladrido y se acerca a la ventana: el capitán Pedro está sacudiendo a un muchacho.
-¡ Capitán!¿Cuál es la causa de tanto jaleo?
-¡Nada, alteza!-dice Pedro soltando a Mickey.
-Debería saber que cualquier súbdito del reino merece respeto. Discúlpese y haga subir a ese chico.
El príncipe y Mickey se echan a reír al verse:¡es como si estuvieran ante un espejo!
-¡Sois exactamente!...-dice Mickey.
-¡Mi gemelo!-concluye el príncipe.
-¡Menudo encuentro! Se me ocurre una idea:¡cambiemos nuestros trajes y nuestros papeles!
-Pero...¡jamás sabré hacer de príncipe!-balbucea Mickey.
-¡Pero si es muy fácil!-asegura el príncipe marchándose a toda velocidad.
¡Ay! En el patio, en capitán le reprocha la reprimenda que le ha echado el príncipe. Este declara que él es el príncipe, pero Pedro le pone en una catapulta...¡y le lanza! Aterriza en la nieve, aturdido. Pluto corre hacia él y empieza a lamerle, pero inmediatamente se da cuenta de que no es su Mickey.
-¡Mickey!¿Dónde estabas?-exclama Goofy.
-¿Mickey?-dice el príncipe sorprendido.
-¿Quién va a ser?¡Tú!-responde Goofy extrañado.
-¡Ah, sí, claro!¿Y usted como se llama?
-Pero,¿qué te pasa?¡Soy Goofy!
-Goofy, sí- repite el príncipe escapando.
En la sala de estudio real, Mickey está distraído y bosteza. Está demasiado hambriento para seguir la clase de Horace.
De repente entra Donald, empujando el carrito del almuerzo y Mickey recupera todas sus energías y se precipita hacia él.
Pero no hay manera de meter un dedo en la salsa:
-Calma, alteza.¡Yo tengo que probarlo primero! Y Donald mastica lentamente, concienzudamente, burlonamente mientras Mickey se desespera.
- Entonces,¿es comestible?-pregunta lleno de esperanza.
Pero como Donald no responde, demasiado ocupado en zampar, ya no aguanta más:¡roba un muslo!
Mientras Mickey es enviado al sastre de palacio para hacerse el guardarropa de primavera, el príncipe vaga por las calles. Juega con un perrito a atrapar un hueso, pero éste prefiere jugar a atrapar al príncipe.
Mickey descubre que cuando se mezcla demasiado de esto con lo bastante de aquello, se obtiene una explosión impresionante,¡qué retumba hasta en el cerebro!
En lo que se refiere al príncipe, hay ahora una docena de perros participando en el juego de atrapar al príncipe.
Cuando se libra de los perros, el príncipe ve avanzar un carro lleno de comestibles.
-¡Apartaos, villanos!-grita un soldado-.¡Dejad paso al intendente del rey!
-¡Apártate tú, bribón, y distribuye este pan entre la gente!-interviene el príncipe trepando al carro. Y muestra se sello real para hacerse reconocer. El jefe de las comadrejas corre a informar a Pedro, quien le aconseja que le lleve urgentemente al verdadero príncipe.
Mientras tanto, en el palacio, Horace acaba de decir a Mickey que el rey se muere y quiere verle inmediatamente. No se trata de ninguna broma. Mickey decide hablar, pero el rey no le deja hacerlo:
-Acércate, hijo mío-susurra débilmente-; prométeme que gobernarás con equidad.
-Os lo prometo, majestad-responde Mickey.
Pero al salir del aposento real, se choca con Pedro:
-Príncipe de imitación, a partir de ahora me vas a obedecer, si no...
En casa de Goofy, el príncipe ha oído como las campanas tocan a muerto.
-¡Tengo que volver a palacio!-dice a su amigo. Pero en ese momento aparece Pedro:
-Sí, príncipe, vuelves a palacio,¡encadenado!
Sus guardias lanzan una lluvia de venablos que clavan al príncipe en el suelo. Luego, el capitán le conduce discretamente a palacio y lo encierra. Más tarde, aparece Donald en el calabozo del príncipe.
Los planes del capitán Pedro están muy claros: quiere que Mickey, el mendigo, sea coronado rey y, así, obligarle a hacer su voluntad; para ellos ha capturado a Pluto.
El día de la coronación, Mickey teme por su perrito pero, lleno de valor, exclama:¡PRENDED AL CAPITÁN PEDRO, ES UN TRAIDOR!
-¡Este tunante es un impostor!-replica el capitán.
-¡Pero yo no lo soy!-clama una voz desde lo alto.
Pedro mira hacia arriba:¡el príncipe está en la galería, y libre! Se lanza a una lámpara de araña y aterriza delante de Pedro, que se agacha, coge la alfombra y la levanta, ¡proyectando al príncipe a los aires! Goofy y Donald también saltan, pero la mano de Goofy resbala. El príncipe y el capitán se baten furiosamente, sus espadas lanzan tajos y estocadas.¡Por fin el príncipe desarma al capitán!
Mickey y el príncipe se abrazan mientras todos les aclaman.
-¡Es maravilloso volver a encontrarse!
Y por fin la coronación se celebra con normalidad. A partir de ahora el rey  tendrá mucho que hacer, pero sus amigos estarán a su lado para ayudarle y distraerle.









lunes, 4 de junio de 2012

HÉRCULES





En el Monte Olimpio, todos estaban felices; Hércules, hijo de dios Zeus y de la diosa Hera, acababa de nacer. El pequeño parecía fuerte, muy fuerte. Era el bebé más fuerte de todos los tiempos. Su padre le había regalado un pequeño caballo alado llamado Pegaso.


Mientras tanto, en el Inframundo, el preverso dios Hades, enemigo de Zeus, estaba furioso. Si Zeus tenía descendencia, la Tierra y el Olimpo nunca le pertenecerían. Tenía que hacer todo lo posible para deshacerse del recién nacido.
Envió  a la Tierra a dos de sus secuaces con el fin de hacer desaparecer al niño. Pero todo lo que tenían de malvadoslo tenían también de torpes, y lo que hicieron fue dar una pócima al bebé, la cual le hizo mortal.
Y así, el niño tuvo que vivir en la Tierra como un hombre más, sin conocer su auténtica procedencia.
Pasaron los años y, cuando Hércules era ya un joven, su padre le reveló el secreto de su origen y cómo estaba destinado a ser el hombre más fuerte del mundo, capaz de hacer el bien entre los hombres.
Hércules fue en busca de quien pudiera ayudarle en esta tarea, y lo encontró en Filoctetes, un fauno, que era entrenador olímpico. Gracias a su trabajo y al tesón de Fil, Hércules llegó a ser el héroe más famoso de toda Grecia.
Pero un día, el amor llamó al corazón de Hércules. Se había enamorado de Mégara, una joven hermosísima, que también le amaba.


Hades estaba contento; el amor había hecho de Hércules tuviese una debilidad. Era su gran oportunidad. Le amenazó con llevarse a Mégara para siempre si no obedecía sus perversas órdenes de destruir el mundo. Hércules se negó, y tuvo que resistir y luchar contra los terribles monstruos que el dios del Inframundo le enviaba. ¡No podía consentir que Hades se saliera con la suya, y tenía que preoteger a su amada Meg!
Hades estaba perdiendo la batalla, y en un intento desesperado, lanzó a Hércules hacia el Abismo de la Muerte. Pero el Olimpo y todos sus dioses buenos protegían a nuestro héroe.
Y así, cuando Hércules rechazó aquella furia mortal, quién se precipitó al Abismo de la Muerte fue el propio Hades, que se perdió para siempre en el Inframundo que él mismo había creado para hacer el mal.
La pesadilla había terminado. Hércules y Mégara pudieron por fin ser felices. Gracias a la enorme fuerza del héroe, pero también a su gran corazón, el mal desapareció de la faz de la Tierra.
Y el espíritu de los héroes siguió presente en las mentes de los hombres durante muchos, muchísimos años. Todavía hoy, todos esperamos que alguien fuerte y bueno libre a nuestro mundo de la violencia, el dolor y el mal.